N.° 59 noviembre 2021, El Salvador
Comprender que todos somos diferentes para funcionar, como humanidad, nos ayudará a eliminar esa inclinación que tenemos de querer que todos a nuestro alrededor sean o piensen igual que nosotros. Algunos podrán parecerse a otros, pero ninguno será idéntico a otro. Posiblemente encontraremos más puntos que nos unan que los que nos separan si cambiamos nuestra visión acerca de nuestros semejantes, de las circunstancias y las cosas. Debemos superar el espíritu egoísta y trabajar en la necesidad de tener autocontrol. Si nos afecta algo ventajoso que le ocurra a las otras personas, es posible que esté distorsionada nuestra creencia sobre la realidad. Así que debemos revisar por qué, asumiendo que las diferencias ayudan a ampliar la percepción que tenemos de la realidad. Si nos enfocamos en las diferencias de manera positiva, siempre estaremos acompañados de amigos que nos aportan y de quienes podemos aprender.
Nunca se deja de aprender, y ese sentimiento egoista se puede llegar a controlar con esfuerzo siempre y cuando de verdad sea nuestro deseo. En lugar de alegrarnos por las desdichas de los demas debemos ayudar y unirnos para mejorar como personas, siempre necesitaremos de alguien en cualquier momento y por ese motivo debemos apoyar tambien, toda buena obra es recompensada.
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